Pero no es este un blog de pueblos bonitos de España, ni de rutas de ocio y placer, menciono el maravilloso pueblo que me tiene enamorado hasta el tuetano, porque ahí pude comprobar la falta de respeto y evolución que nos queda por aprender y desarrollar entre muchos, no todos, de nosotros, me explico.
El viaje lo hice con mi mejor amiga y pareja y dos de mis queridos perros, Tao que es un boxer con cara de bestia pero mas bueno que el pan y mas guapo que siete brad pìt y mi amiga Pipa, un cruce de teckel de pelo corto con quien sabe quien, que hace las delicias de quien la tratan, porque tiene una extraña virtud, la de hipnotizar de amor y simpatia.
El pueblo estaba lleno hasta la bandera, tuvimos que aparcar fuera de este en un parking acondicionado para ello e ir andando al mismo, los cuatro, felices disfrutando de un día frió pero lleno de luces y olores para recordar, todo iba de maravilla, paseamos por el mismo con atención que no tensión de que nuestros queridos amigos perrunos no molestasen a nadie, como he mencionado en otras ocasiones, es muy respetable, obviamente la gente que no comparte el amor y cariño que profesamos a nuestros queridos amigos peludos, pues bien, seguimos caminando con tranquilidad, observando la arquitectura, observando, integrándonos y decidimos tomar algo en unas mesitas en un lado de la cálida plaza a pesar del frío.
Fue ahí cuando nuestra suerte cambio.
De pronto, como salidos de una pelicula manga, cuatro niños con la velocidad de un misil, pasaron rozandonos, Tao el boxer sobresaltado se puso alerta que no agresivo y pipa se metió debajo de la mesa, una vez no, fueron mas de diez veces lo que provoco el ladrido de sorpresa de Tao, no podía comprender tantos chillidos, no podía comprender porqué pasaban a su lado como si de una carrera de velocidad se tratase, a lo lejos un padre miraba sonriente la escena, mientras otro grupo de niñas a otros 6 metros de nosotros empezaban a girar unas cuerdas de mil colores con no se que en sus puntas, mientras gritaban mas descosidas que los otros, el resultado fue, la pequeña pipa encogida por tanto alboroto y el grandullón de Tao, alterado en su energía ladrando intenso por tan maravillosos figurantes, la energía subía y subía, llame la atención a los niños en cuestión, instandoles e invitandoles a que jugaran mas retirados, porque metros hay un rato en la plaza, pero que si no quieres arroz Catalina, toma dos tazas, seguian pasando veloces, colorados, chillando fuerte, cada vez mas fuerte, mientras las niñas tiraban sus cuerdas al aire muy cerquita de las mesas de los que estabamos intentando disfrutar de un buen plato de queso y un trago, finalmente el aperitivo que se intuía muy agradable, se convirtió en un concierto de los ladridos de tao con la buena acústica de la plaza en cuestión y con una pipa alucinando y atemorizada, de tanta agitacion...y como no con una pareja templando nervios y yéndose a otro sitio mas tranquilo.
No voy a opinar ni describir nada mas, quizás sea mas adecuado que los que me habéis leído, lo hagáis, así mi opinión que la tengo ya muy clara a este respecto o bien se acentué o me hagáis reflexionar con otras ideas u opiniones.
como siempre os mando un fuerte abrazo
desde la www.escuelafenixcan.com
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